Dos dibujos inéditos de Dalí han sido descubiertos por la historiadora Pilar Parcerisas en la investigación para el libro "Duchamp en España", con el que demuestra la importancia que tuvieron sus largas estancias en nuestro país en la obra del creador de "Fuente".
"Duchamp en España" (Siruela) aborda las claves estéticas de las estancias del pintor en nuestro país, y especialmente en Cadaqués (Girona), donde contó con un anfitrión de excepción, Salvador Dalí, con quien compartió algo más que una simple amistad.
Según ha explicado Parcerisas a Efe en una entrevista, Dalí y Duchamp tenían "la misma posición crítica ante la historia del arte, aunque luego la resolvían por caminos formalmente distintos, pero ambos compartían el gusto por la pintura preburguesa, por el Renacimiento".
Desde la presentación en Barcelona de "Nu descendant un escalier" en 1912 hasta su último proyecto de chimenea anaglifa pocos meses antes de su muerte, en 1968, Duchamp mantuvo una especial relación con Cadaqués.
"Nu descendant un escalier" provocó, recuerda la autora, "una gran polémica en el seno de la ideología noucentista y clasicista que se estaba construyendo en aquel momento, hasta el punto de que propició críticas abominables como la de Eugenio d'Ors, que llega a hablar del 'caso du Champ"".
Críticas, añade, "muchas veces simplemente porque se intuye que la obra es algo distinto y además con ellas se pretende frenar la entrada del cubismo en España".
El ensayo sigue el viaje que Duchamp hizo por España junto a Katherine Dreyer -la fundadora de Societé Anonyme, la primera colección de arte moderno de Nueva York, antes que la del MOMA y el Guggenheim- por ciudades como Sevilla, Toledo, Granada, Ronda o Madrid, "un itinerario del que apenas queda alguna fotografía".
En otro pasaje del libro se recoge el viaje que Duchamp hizo en 1933 junto a Mary Reynolds a Cadaqués, donde Dalí hizo una especie de crónica de la visita incluida en el cuaderno "Je mange Gala", donde Parcerisas ha localizado los dos dibujos inéditos.
"Uno de esos dibujos corresponde a una escena erótica, sugerida por una especie de celos por Duchamp y Gala, y ahí -sostiene la historiadora del arte- comienza, de alguna forma, esa tendencia de Dalí hacia la belleza comestible, a 'comerse el objeto del deseo'".
La influencia de Duchamp en Dalí queda plasmada en obras dalinianas como "Cisnes que se reflejan como elefantes" (1937), donde en unas rocas Dalí pinta a Duchamp de pie orinando, "como homenaje a su 'Fuente' -el famoso urinario-; o en "La Apoteosis del dólar" (1965), en la que pinta a Duchamp disfrazado de Luis XIV".
Por su parte, Dalí fue el culpable de que Duchamp pasara los últimos diez veranos de su vida (1958-68) en Cadaqués.
Parcerisas ha recuperado pasajes inéditos de esa íntima vivencia del lugar, que Duchamp ocultaba bajo su "aparente indiferencia y ensimismamiento" jugando al ajedrez.
Aquí, asegura la autora, Duchamp resuelve y termina su último trabajo, "Etant donnés", que cierra un importante capítulo de la teatralidad en la pintura y el arte.
Durante su estancia en los apartamentos de Cadaqués, diseñó dos chimeneas, de las que sólo se conserva una, y, de hecho, apunta Parcerisas, "la chimenea anaglifa fue importante para seguir realizando sus experimentos ópticos y puede ser considerada como un epílogo de 'Etant donnés'".
A Duchamp le gustaba rodearse de gente normal como albañiles, sastres, y de esa relación surgió, por ejemplo, un traje de terciopelo negro que confeccionaba para todos sus amigos con los que se encontraban luego en Nueva York con el mismo traje, "una forma de crear un efecto caleidoscópico".
Parcerisas constata que la presencia de Duchamp en España "pasó desapercibida" y su influencia se dejó ver en pocos artistas locales, apenas en Xavier Corberó, Francesc Todó o el peruano Emilio Rodríguez Larrainz, que también estaba aquí".
Existen pocas fotos de Duchamp en Cadaqués, porque "todos pensaban que el famoso era Dalí" y, de hecho, la primera exposición dedicada al artista francés no tuvo lugar hasta 1979 en la galería Bombelli de Cadaqués, y la siguiente en 1983 en la Fundación Miró de Barcelona. (EFE)
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