El fotógrafo mexicano Pedro Meyer ha puesto en marcha su proyecto "Herejías", que es un nueva forma de exponer una retrospectiva: en 100 días muestra su obra a través de 65 exposiciones alrededor del mundo, un libro y en dos páginas web.
Con éste, Meyer abandera la palabra "herejía" para convertirse literalmente en un hereje, es decir, una "persona que niega alguno de los dogmas establecidos por una religión", como el de la fotografía, el del mercado del arte, el de la gestión de museos, el del mercado editorial y el de la lectura de la imagen.
Herejías" comenzó hace cinco años, según declaró Meyer en una entrevista concedida a Efe, cuando se le planteó el problema de organizar una retrospectiva de su obra -unas 310.000 fotos- y entonces se preguntó: "¿Me pasé toda una vida fotografiando para que después se conozcan sólo 120 fotos?".
Y él mismo se respondió: era "como tirar toda una vida a una basura", de ahí que se cuestionase, según dijo, la manera tradicional y establecida de exponer la obra completa porque "esos planteamientos -matizó- terminan siendo absurdos".
Por un lado, Meyer indicó que "está la realidad física de los espacios (en museos y galerías), que no puede cambiar y -admitió- hay que asumirlo" y, "por el otro, está la obra de un fotógrafo que no se puede ver reducida a unas cuantas fotos".
Y lo resumió con la sentencia: "Y ahí estaba yo en entre esos dos lados opuestos", del que surgió este trabajo, en el que en 100 días se puede visionar su obra en 65 puntos del mundo y en las páginas web www.pedromeyer.com y www.zona-zero.net, y del que la prestigiosa editorial Lunwerg ha editado un gran volumen, "Herejías".
Así, sus obras se pueden ver de forma simultánea en lugares tan dispares como EEUU, Cuba, México, Singapur, India, Bangladesh, China, Italia o Croacia.
Meyer, que es uno de los pioneros mundiales en foto digital, relató que puso en marcha la edición "en paralelo" por 21 comisarios de su obra, que fue subdividida en 21 temas, es decir, que cada uno de los comisarios se encargó de un bloque como una forma más de acelerar el proceso.
Y, a su vez, el comisario de cada una de las 65 muestras museísticas ha seleccionado para su colección parte de lo que ya fue editado.
Así, la edición ha sido tan diversa como cada una de las miradas de los comisarios y, de esta manera, este proyecto ha roto con lo que Meyer denominó como las "verdades universales que se han pretendido instalar (en la sociedad) y que no lo son".
Se entiende -hasta la fecha- que fotógrafos, comisarios y editores miran igual en un lado y otro del planeta, ya que "hemos partido -señaló- de que la imagen es universal, y esto no es cierto".
Hay que tener en cuenta cada "país" y "cultura", donde "la imagen -resaltó- es interpretada de manera muy distinta a lo largo y ancho del mundo".
Y, además, según enumeró, "ni siquiera (la instantánea) es interpretada igual dentro de una misma comunidad", "ni por un hombre ni una mujer", ni por personas con "distintas edades".
El principal punto de desenlace de todo ello es la característica "individualidad de los seres humanos", que "es tan basta", que, según él, resulta "absurdo" resumir todo a "una sola manera de interpretar algo".
Por su parte, el fotógrafo afirmó que "Herejías" puede ayudar a todo curioso a ver y observar cómo actuaron los veintiún comisarios en el archivo que se muestra en la página web, donde hay una exposición completa y pluridimensional de su obra.
Con respecto a la difusión de las instantáneas en los museos y galerías, Meyer ha dado una vuelta de tuerca a la habitual manera de trasladar las exhibiciones, debido a que el envío ha sido por la red, lo que ha conllevado un ahorro de "costes de distribución y seguros".
Meyer -cuya exposición en la galería española Fernando Padilla se inauguró ayer- afirmó que estas obras impresas en gran formato "te dan una experiencia distinta" a la que aporta un libro o Internet.
Además, se da la circunstancia de que "todas las obras que se exhiben se quedan en cada museo para su exposición permanente y por contrato -señaló- las tienen que mantener en su colección durante 50 años".
Así, "Herejías" pasa a la historia por su quebrantamiento de la gestión artística tradicional.
Belén Palanco
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