Lola Barroso comenzó el pasado sábado una nueva etapa en su trayectoria musical. Fue un concierto íntimo, transparente y elegante celebrado en la terraza del restaurante La Tasquilla de Rodalquilar (Almería), pasada la medianoche.
Lola desgranó durante una hora sus sentimientos, que fueron calando como pequeñas gotas de calor ante un público que aguantó, como ella y Juan Pablo, a la intemperie, el frío clima de esta Semana Santa.
Interpretó antiguos y nuevos temas con la magnífica compañía de Juan Pablo Muñoz Zielinski, con su guitarra o con su violín. Fue todo un lujo.
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