No era una mujer ni un niño, sino un hombre. No vivía sólo ni con sus padres, sino con su esposa. No se consideraba inferior ni tampoco igual a ella, sino superior. No era amable ni tranquilo, sino colérico. No era generoso ni tolerante, sino intransigente y egoísta. No era cariñoso ni familiar, sino distante y celoso. No lo veía todo negro ni tenía nada claro, sino que dudaba de todo. .No era un demente ni un hombre equilibrado, sino un enfermo. No era un héroe ni un mártir, sino que parecía tan normal.... No estaba ebrio ni sobrio, sino con unas copitas de más. Ella no le amaba ni le odiaba sino que le temía profundamente… El no lo pensó ni lo planeó, sino que lo hizo. No utilizó armas ni objetos, sino la fuerza de sus manos… No la pegó ni la torturó sino que la mató. No se arrepintió ni dio la cara, sino que huyó…
Y en esa huida no cogió un tren ni un avión, sino su coche. No era por la mañana ni por la tarde, sino por la noche. No era verano ni primavera, sino invierno. No fue la nieve ni la lluvia, sino la noche oscura. No fue el cansancio ni la culpa, sino el despiste. No fue un suicidio ni una muerte natural, sino un accidente. No estaba vivo ni dormía, sino que estaba muerto… Su cuerpo no fue enterrado ni quemado, sino convertido en polvo por el tiempo y el olvido… No fue la justicia humana ni la divina, sino el equilibrio universal. No fue el azar ni la casualidad, sino la inexorable ley de la causa y el efecto… Ahora su conciencia no descansa ni está en paz, sino que sufre toda su negatividad…
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