domingo, 26 de septiembre de 2010 | |||
Yolanda Cruz / Unas palabras para la presentación de “Estela Sur” de Pilar Quirosa | |||
Estela Sur es una historia de Amor. Una historia de amor que nos permite recorrer el tiempo y salvar las distancias que éste marca. Estela sur es el camino de las estrellas que iluminan las noches de la voz enamorada que con su impúdico y, a la vez, escondido canto, comparte con nosotros su lucha contra el tiempo. El sur, desde un principio está presente y no solo en el título, como bien indica el prologuista, Fernando de Villena. El Sur es el Mediterráneo que se alza como el paraíso en el que los amantes lo fueron, en el vergel de sales, espumas y algas donde todo fue posible, donde el tiempo se detiene por la fuerza de los sueños, únicas mareas a las que se les concede mecer sonrisas y paseos.
Dedicado a su compañero en este viaje, Estela Sur nos guía hacia la tierra prometida, hacia el edén donde la voz enamorada pretende ser convertida en carne, en cuerpo, en vida, rompiendo los límites a los que el tiempo obliga.
Y partimos, de su mano, con una pulsión primera. Con el deseo y la nostalgia que, fácilmente, despiertan con (y la cito a ella) “estos papeles inesperados, este mapa del tiempo que nos reclama, ávido de secuencias y otros lances sin ser batalla”, ya adelanta aquí la autora su deseo de corporeizar esos lances, sin duda amorosos, y vivir las batallas, el cruce de las lanzas, el envite de las espadas a los escudos, los yelmos que protegen…
Desde un principio el tiempo está presente, de hecho, así se titula en primero de sus poemas, Tiempo “Trascurre la noche, estancia de palabras”, dos sencillos versos que prologan el resto del desvarío por amor que encierra este poemario y que nos adentran en el universo de la voz, la noche, y su centro, la palabra.
La noche que cubre casi toda la primera parte del poemario es oscuridad que cobija a la voz que plañe, es su desaliento, es la ceguera a la que se ve sometida lejos de su sol, es la caverna donde el amor, en forma de palabra se esconde. La noche es la intimidad, es el único momento en el que arropada por sus sombras puede dar rienda suelta a sus emociones y liberar a sus palabras del hechizo que las torna silencio ante la luz de los hombres, del mundo.
Y es en esa oscuridad infinita, donde la autora retira los velos del recuerdo, haciendo presente el pasado, inundando con melancolía las horas eternas de una madrugada que no llega. Creando un espacio sin tiempo en el que todo es posible, y allí, recuperando sus huellas como hilo de Ariadna, se adentra en los laberintos de sus recuerdos en un intento de recuperar del hades del olvido a su amor.....
(LECTURA DE HUELLAS)
La voz que se esconde “Por razones obvias” como ella misma confiesa. Sus razones tendrá, sus razones tendrán, esa voz se deleita en el paraíso del recuerdo y recurre insistente al paisaje mediterráneo para vestir su profundo sentimiento con el aroma del romero, y la paciencia de la encina, para arroparlo con sal y mecerlo en la bahía y así nos canta Wish you were here
(LECTURA DE WISH YOU WERE HERE)
Y así llegamos al entreacto, un paréntesis que dedica la autora a mantener la memoria en acontecimientos históricos que tanta vergüenza del género humano nos provocan a muchos de nosotros: Auschwitz y Guernica
Pasado este juicio continuamos navegando a través del espacio que habita esta voz que nos comparte su canto hacia Ganímedes, la luna más grande de Júpiter y de nuestro sistema solar, esa luna que recibe su nombre de Ganímedes el amante de Zeus, portador de la copa de los dioses, de la copa más tarde entendida por unos matriz de vida, por otros, el camino hacia lo divino. Una copa que para nuestro amor va a simbolizar su irremediable deseo de, como ella misma dice, “convertir el verbo en carne”, hacer real este amor, arrastrarlo si fuera preciso al mundo de los hombres, ella está dispuesta a descubrir su rostro aún sabiendo que, llegado el momento, pudiera su amor faltar su cita, sentenciando así, la única salida posible del laberinto, “la lapidación de un sentimiento”
Y así, nos cantará con la voz de Hypatia, para verte su amor al espacio, como aquel líquido de la copa, y dejar una estela en el firmamento como un eterno faro hacia El Sur, hacia ese sur que se supo amado, buscado, deseado, encontrado… hacia ese sur que temió a hacer presente.
(LECTURA DE HYPATIA)
Pero como Amo Omnia Vincit… Pilar concluye el temario con una puerta, una puerta siempre abierta a la amor y a la vida…
+ Información |
|||
|