¿Cómo y en qué condiciones subsiste un discurso verde dentro de un mundo dominado por el culto al capital?, esa es una de las preguntas que el libro "Sueño y mentira del ecologismo" de Manuel Arias Maldonado (Málaga, 1974) trata de responder.
Para el doctor en Derecho y profesor de Ciencia Política en la Universidad de Málaga, el interés por el medio natural también ha evolucionado con los tiempos, desde los movimientos hippies de los años 60 que se asociaron con el nacimiento del ecologismo hasta la actualidad.
Aquel movimiento verde, reconoce Arias Maldonado, "surge del romanticismo y del marxismo, que persigue una revolución cultural sin plantearse demasiado cuáles son los medios exactos que hay que poner", construyendo una postura radical que proliferó hasta mediados los noventa, mantiene Maldonado en una entrevista con EFE.
En los últimos años, sin embargo, "el movimiento verde ha entrado en una reflexión y se ha hecho más reformista, ha abandonado el discurso apocalíptico y ha optado por integrarse dentro de las instituciones, y dentro del capitalismo", según el autor, para quien la defensa de la naturaleza "no ha hecho sino mejorar".
Iniciativas como la Responsabilidad Social Corporativa ha creado empresas "más verdes" y, como Arias Maldonado ha reconocido, "Enzesberger ya dijo que el ecologismo era una oportunidad para el capitalismo" aunque el autor señaló que "España no es el mejor sitio para verlo".
Desde su experiencia en universidades como Oxford o Berkeley, este joven pensador ve el cambio climático como "la nueva gran amenaza intimidatoria que ha venido un poco a salvar al movimiento verde del adormecimiento que venía sufriendo en los últimos años del siglo XX, cuando todas sus grandes perspectivas parecían falsas".
Sin embargo, según el autor, este debate está preso de la corrección política, ya que "cuando alguien duda del cambio climático se le demoniza, y esa no es la forma: España debería aspirar a tener una mayor cultura medioambiental en lugar de cuestionar lo que dice el primo de Rajoy".
"Sueño y mentira del ecologismo" aspira, dice su autor, a "agitar este debate ambiental, que a veces transcurre por términos muy correctos políticamente, a menudo tibios y desacertados".
También Arias Maldonado ha querido desempolvar y contextualizar la relación entre sociedad y naturaleza, ya que "en realidad es apostar por Marx frente a Rousseau, porque es inevitable que el hombre se apropie de la naturaleza"
El libro trata también el papel que en la conciencia medioambiental tiene la democracia, una relación que para el escritor "es complicada, ya que la democracia es un medio que funciona a base de decisiones colectivas y cuyos resultados no están escritos de antemano".
De este modo, para Arias Maldonado "si al pueblo le diesen a elegir entre tener un Manhattan global o tener un parque de Yellowstone global, podría ser que escogieran lo primero, progreso frente a conservación".
El autor sí alaba el papel que la Unión Europea está tomando actualmente en la conservación del medio ambiente, ya que "es un organismo fuerte y sin miedo a tomar decisiones impopulares, con las que los gobiernos locales pueden estar de acuerdo, aunque siempre demostrarán indignación".
Según Manuel Arias Maldonado, "igual que sucedió en 2006 con la implantación de la ley antitabaco, en la UE ahora se encargan de la sostenibilidad, convirtiéndose en la solución y en una auténtica bendición para las querellas nacionales internas".
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