Para poder llegar a presentarnos una obra como "Exitus", que estrenaron en 2009, estuvieron durante un mes en la unidad de paliativos del hospital del Vall d'Hebron, otro mes en una funeraria de Tarrasa e hicieron entrevistas a genetistas y a fieles de distintas religiones, todo ello en un intento de hacerse "un dibujo" sobre las "muchas muertes" que hay. También encontraron colaboración en la revista “Adiós”. Incluso han tomado como referencia a Nieves Concostrina que aparece en la obra en un determinado momento durante su colaboración en el programa de Pepa Fernández en Radio Nacional.
Diego Lorca (1975, Sabadell) y Pako Merino (1975, Santurce) fueron alumnos de Lecoq entre 1999 y 2001, el mismo año en el que decidieron constituirse en compañía "pluripotencial", es decir, que ellos hacen absolutamente todo y de todo, desde la creación, a la producción, pasando por el montaje y la interpretación de las tres obras que han creado hasta ahora en sus diez años de existencia, explican en una entrevista con la agencia Efe.
El proceso ha sido siempre el mismo: encuentran el tema y se dedican a investigar y escribir durante seis meses, un "lujo" que sólo se pueden permitir quienes viven por el teatro "que no para hacerse ricos con el teatro".
Con ello han construido “Exitus”, una historia, que de nuevo interpretan ellos dos solos, sobre un parado que encuentra trabajo en una funeraria, al tiempo que un abogado prepara el testamento de un hombre que no tiene muy claro que es lo que quiere.
Es, dicen, una "autopsia del ciclo vital" en el que varias historias se entrecruzan y van adelante y atrás de forma "muy cinematográfica", con "ternura, humor y emoción".
Merino y Lorca no se plantean a priori los temas ni su trascendencia. "No pensamos si vamos a ser o no muy intensos o si es una tragedia o una comedia, simplemente nos sale", sostienen.
"Elegimos más en función de la universalidad que de la intensidad. Lo que la gente ve no son las historias en las que nos basamos para construir la historia, sino humor, sensibilidad y poesía", reivindica Lorca.
Siempre parten de lo cotidiano, de los pequeños detalles, de lo que es más cercano, "como un trabajo de investigación periodística, conviviendo con la realidad para evitar los aprioris y que el asunto muestre todos sus matices. Eso es el sello de Titzina", defiende Lorca.
Eso, apostilla Merino, es lo que les da libertad creativa y lo que, por otra parte, transmite a su público "sensación de verdad".
No piensan en su siguiente trabajo hasta que terminan con sus agotadoras giras, todas de un mínimo de dos años, en las que hacen un trabajo muy artesanal, desde montar y desmontar a conducir la furgoneta.
Por eso, dicen, su "horizonte" sería dedicar más tiempo al proceso creativo y menos al de intendencia porque, aseguran, el suyo es "un día a día muy duro y hay que pagar un peaje muy alto por ser independientes", afirman.
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