martes, 15 de julio de 2014
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INQUIETAS / Yolanda Cruz - Estuvimos con el Tren de la libertad
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"Hace años estaba aquí luchando por lo mismo y hoy he tenido que volver hoy con mi nieta, esto no puede ser”, “hace 32 años las recogía en la estación y las acompañaba a la clínica, me manifestaba para apoyarlas y después de 30 años tengo que seguir haciéndolo” el primer lamento, el de una mujer española, el segundo, una londinense, a parte de la mezcla entre incredulidad e indignación, a ambas mujeres les unen tres semejanzas, las dos son feministas, son septuagenarias y se manifestaban en contra de la reforma de la Ley del Aborto el 1 de febrero de este año, el día en el que el Tren de la Libertad llegaba a Madrid.
Mujeres feministas de todas Europa viajaron en dicho tren o se manifestaron en sus respectivos países, con las mismas ganas y convencimiento de hacía más de 30 años. Lejos de pesarles sus 70 años, se aferraron a sus convicciones y sacando fuerzas de la impotencia y la rabia pusieron en marcha esta iniciativa que se extendió como la pólvora a través de las redes sociales y que ha inspirado a millares de mujeres en Europa y América del sur.
CIMA, el colectivo de mujeres cineastas, encabezadas por la realizadora Oliva Acosta, filmó el desarrollo de esta actividad, su germen, su crecimiento, y su celebración. Más de 80 profesionales del cine y el audiovisual, han participado en la producción del documental que arranca del título de esta protesta “Yo decido. El tren de la libertad”. Las mujeres de CIMA nos sumábamos así a esta reivindicación que, lanzada desde el norte de España, ha servido de imán para que miles de mujeres llegaran en tren a Madrid y exigieran al Gobierno el mantenimiento de la actual Ley de salud sexual y reproductiva y de interrupción voluntaria del embarazo.
El documental se estrenó en Asturias el 7 de julio y el 10 en más de 30 ciudades españolas, de modo simultáneo, se presentaba este trabajo a la sociedad. En Almería, mi colega en CIMA, la realizadora almeriense, Nuria Vargas, fuimos las encargadas de dar a conocer el trabajo de nuestras compañeras en un acto en el que, la proyección de la película, presentada por Nuria, se completaba con la celebración de una mesa redonda y coloquio con el público, que, como directora del festival de cortometrajes, Visualízame, Audiovisual & Mujer que organiza la Fundación Inquietarte, me permitió intercambiar reflexiones e informaciones con Francisca García Gallego, presidenta de ACAI y con la presidenta de Mujeres Juristas y asesora jurídíca de Fundación Inquietarte, Aurelia Jiménez Godoy.
Francisca García Gallego puso de manifiesto la indefensión en la que quedará el profesional sanitario a partir de la reforma de la Ley ya que los profesionales que practiquen el aborto y no la mujer quienes incurran en un delito. Por su arte, Aurelia Jiménez Godoy insistió en que la ley relega a la mujer a ser una persona necesitada de tutela, sin capacidad de decisión, es decir, a un papel civil inferior, la decisión no la adoptará la mujer, serán profesionales ajenos a ella misma quienes la adopten. Ambas expertas coincidían en el hecho de que los trámites que han de desarrollarse en el juzgado van a dar lugar a que se alargue el proceso de solicitud de aborto más allá de las 22 semanas que estipulará la Ley para que este pueda ser realizado. A la duración de dichos trámites burocráticos se añaden los 7 días de reflexión que se exigen a la mujer antes de decidir, un periodo, entendido por ambas, como de absurdo ya que no se puede reflexionar sobre aquello que no se puede decidir. Con estos 7 días más, el gobierno parece asegurase de que no se pueda llevar a cabo todo el proceso en los plazos que marca la Ley.
Desde la Fundación Inquietarte aportamos los datos que nos facilita el festival nacional de cortometrajes, Visualízame, Audiovisual & Mujer. Tras las 4 ediciones, contamos con una base de datos de más de 600 cortometrajes, entre ellos solo dos tratan directamente el tema del aborto; Pasionaria de Leonor Bruna (2010) en el que se cuenta la historia de una joven de 17 años que en vísperas de su examen de selectividad, en 1975, quiere abortar; y Virgen Negra, de Raúl de la Fuente (2011), ganador en la primera edición del festival del premio al mejor documental, trabajo que muestra las circunstancias culturales, políticas y sanitarias en las que desarrollan su vida sexual las mujeres en Mozambique. En los dos audiovisuales se habla del aborto, bien del aborto y sus consecuencias penales, sociales y físicas en la españa franquista, bien del aborto en un país, catalogado de tercermundista, realidades, aparentemente lejanas pero que, tras la reforma de la Ley y la entrada en vigor de esta, acontecerán en España, un vuelta a los años 70 con lo que política e ideológicamente este retroceso significa y una entrada en el listado de los países tercermundistas, entendidos estos como tales, debido a la precariedad en la que se desarrollan vitalmente los individuos que en ellos habitan.
Tras recordar las experiencias educativas llevadas a cabo por Aurelia Jiménez en centros de enseñanza secundaria, cuando desempeñaba el cargo de coordinadora de Amnistía Internacional, apoyada en material audiovisual de la Fundación Inquietarte, el coloquio se cerraba concluyendo en dos argumentos.
La actualidad social, política y económica se ve reflejada en distintos argumentos que van desde la crisis económica, los recortes económicos, los impagos de hipotecas, los desahucios, las crisis personales y de pareja como metáforas de las crisis social, e incluso el canibalismo, frente a la escasez de cortometrajes que centren su trama en la reforma de la Ley del Aborto y sus consecuencias para la mujer, lo cual nos lleva a la conclusión, y en ellos estuvimos de acuerdo la tres intervinientes, de que este no uno de los temas que más preocupen a las jóvenes de nuestro país. Las últimas encuestas realizas por el INE indican que los temas que más preocupan a los españoles son el paro y la crisis, la reforma de la Ley del Aborto no ocupa ningún lugar destacado en la lista de asuntos que nos dificultan el sueño.
Sin embargo, y con un matiz optimista, también coincidimos ya no solo entre nosotras si no con el público asistente, en que a mujeres de 20 a 30 años de edad les resulta muy difícil imaginarse en un contexto social que no han vivido, y el hecho de haber nacido gozando ya de unos derechos democráticos les dificulta entender lo que podrá suponerles la pérdida de estos. Para estas mujeres son más reales el miedo a no poder hacer frente a una hipoteca o a que la crisis social les impida desarrollarse como profesionales, que la posibilidad de verse privadas de su capacidad de decidir si quieren ser madres o no, con quién y cuándo serlo. ¿El optimismo? Que si la reforma sale adelante no tardarán en reaccionar cuando se vean arrebatadas del derecho a decidir.
Yo decido. El tren de la libertad permite compartir los mejores y los peores momentos de la constante lucha de la mujer por mantener sus derechos. La película está a disposición de toda la ciudadanía de modo gratuito a través de distintas plataformas digitales.
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