domingo, 31 de agosto de 2014 | |||
Los "Haikus del olivar" de Manuel Molina González, en Siluro Concept el 11 de septiembre | |||
El poeta cordobés Manuel Molina González leerá sus “Haikus del olivar” en la Sala Siluro Concept de Madrid (Calle Cervantes, 3 Metro Antón Martín), invitado por Fundación Inquietarte, el próximo día 11 de septiembre a partir de las 19,30 de la tarde. Manuel Molina González será presentado por Joaquín Araújo, poeta y naturalista, y por Carlos Santos, uno de los periodistas especializados en gastronomía que más han trabajado con el mundo del aceite de oliva desde hace años en nuestro país. Un acto en el que la cultura se une al olivo generando poesía. Haikus del olivar consta de 87 breves poemas que siguen el modelo de poesía japonesa centenaria de los haikus, un tipo de composición que intenta atrapar un instante. Dentro de la cultura japonesa este tipo de poema se centraba en la observación de la naturaleza, buscando un equilibrio y armonía con ella. La visión de cerezos y arrozales a lo largo de las estaciones era uno de los modelos que más se repetían. El autor, criado entre olivares, eligió ese tipo de composición para fijar la mirada sobre la vasta extensión del olivar y el mundo que transcurre en torno a él durante un año, desde la primavera hasta el final del invierno; tiempo que también duró su composición. Un paisaje singular y mítico, como lo ha descrito el editor José Membrives, que acoge viday cultura.
El autor, docente de profesión, decidió hacer un libro singular que fuese un puente de culturas. Por un lado el trasvase de una temática propia como el olivar expresado con una forma métrica japonesa, a través del trabajo de la traductora y poeta Kumiko Yoshihara, que logró poder leer como si se tratara de poesía original japonesa la versión española; pero se intentó ir más allá y universalizar la expresión traduciéndolos por parte del filólogo Pedro Javier Romero al inglés. Tres lenguas para un mismo contenido, la variedad como forma de expresión. Destaca del libro su carácter didáctico en el sentido de que sirve para interpretar a quien no conozca el mundo del olivar o del aceite de oliva lo que aparece ante sus ojos, la recolección, el cuidado y las labores, la fauna que lo habita, la climatología o la simple calma del jugo en las bodegas. El libro puede verse como lo mostró el alcalde de un pueblo olivícola, Carcabue, al definirlo como “un extraordinario embajador de nuestra cultura, la del olivar” o también con la visión que aportó en síntesis la periodista Mª Amelia Brenes en el diario El mundo: “Japón entre olivares”. |
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