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sábado, 13 de septiembre de 2014
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Emotiva, cariñosa y educadora presentación de Haikus del Olivar en Siluro Concept
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Desde la izquierda, Joaquín Araújo, Yolanda del Riego, Manuel Molina González, Carlos Santos, Jesús Pozo y José Membrive.
Emotivo y cariñoso. Y educador. Tres de los calificativos con los que ayer varios de los asistentes a la presentación del libro de Manuel Molina González, Haikus del olivar" definieron el acto celebrado en Siluro Concept de Madrid. Hablaron de sus propios bosques, desde su experiencia artística, Yolanda del Riego (grabados de bosques envolviendo la sala), Joaquín Araújo (la natura), Carlos Santos (el viaje y la vida), y el autor del libro (el sentimiento en el olivar) y también su editor, Joaquín Mambrive (la sesibilidad y la experiencia). Presentó el acto, el presidente de Fundación Inquietarte, Jesús Pozo.
Así lo vió también uno de los presentes en el acto, el profesor y comunicador Enrique Martínez-Salanova:
"Fue una noche que terminó como se merecía: mojando pan de Cazorla en aceite de Córdoba. Y como dijo Araújo, que la vida nos atalante.
Haikus del olivar. Ayer, en la Sala Siluro, estuve en la presentación de un libro de Manuel Molina González, un libro de poemas (haikus), que nació de las actividades didácticas del autor, maestro en Córdoba, y de su contagio (del autor) por ese tipo de expresión oriental para narrar poéticamente la realidad, en este caso del olivar. Fue un acto entrañable, lleno de humor, de expresión poética y, sobre todo, una reivindicación de la cultura que se mueve alrededor del olivo, como forma de defensa del medio ambiente. en la foto hay personas muy conocidas, algunos de ellos amigos de hace años, con los que compartí trabajo y muchas alegrías... Joaquín Araujo, por su defensa militante del medio ambiente en radios, TV, textos.., Yolanda del Riego, artista especializada en el grabado, con su colección expuesta "Un encuentro con los árboles", Manuel Molina, el autor del libro, Carlos Santos, periodista, Jesús Pozo Gómez, periodista, anfitrión del acto, y José Membrive, editor, que se reconcilió con el olivar con este texto, ya que en su infancia le tocó trabajarlo y descubrió, con humor que, "cuando trabajaba duramente en la recogida de la aceituna estaba haciendo poesía".
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