Jesús Pozo
Foto: Xaro Rincón
En la foto, Marta Crespo en el Centro Social de Ribera baja con la obra inspirada en el bodegón real de Elisabeth Wagner.
Se llama Marta Crespo y tiene 73 años. Es de Plasecia (Cáceres) y hace seis o siete años decidió que quería vivir su vida sin complicaciones y sin más sustos. Se separó de su marido y se lanzó como una niña a por su ilusión: pintar.
Autodidacta y metódica, Marta es una de las personas que disfrutan cuando puede del programa “Descanso Solidario” de la Fundación Inquietarte con la colaboración de Fundación Unicaja. Es de las mujeres que se lo merecen por su lucha y por su dignidad.
No podíamos ni debíamos dejar que se escapara ese talento escondido que brotó pasados los 65 años. Primero le propusimos que ilustrara la portada de un libro “Las mujeres de las cerezas”. El libro fue otro programa de la Fundación Inquietarte que le encargamos a su hija, Xaro Rincón, otro talento escondido que, si hubiera podido estudiar lo que no le quiso dejar estudiar su padre, hoy sería directora general en alguna empresa. Pero no tuvo más remedio que convertirse en una de las mejores peluqueras de Extremadura, como mínimo.
Como aquella portada del libro, con aquella joven bajo un cerezo fue una revelación, le propusimos que interpretara con su particular forma de pintar algunas de mis fotografías de la Sierra Sur de Jaén. Y aquí está el resultado.
Queríamos que su primera exposición fuera en la Ribera Baja, bajo el paraguas del Asno Azul. Y entre todos lo hemos conseguido. Incluida nuestra Elisabeth Wagner que creó ese magnífico bodegón real de botellas recuperadas de un estercolero que yo fotografié y Marta pintó para la eternidad. Esa pintura es una bella metáfora de cómo las buenas personas se juntan para crear. Es una metáfora del reciclaje de personas y de pueblos. Es una gran metáfora.
La exposición ya está colgada en el Centro Social de la Ribera baja que, a trancas y barrancas, intentamos llenar de actividad cultural.
Inauguramos ‘oficialmente’ el sábado 30 de junio a las 8 de la tarde. Y brindaremos porque Marta está muy viva, mucho más feliz y haciendo feliz a mucha más gente gracias al arte; que como dijo una vez, mi querido amigo el naturalista Joaquín Araújo, es la salud para el alma.
|